Nombre del Personaje: Marco Livua
Sexo: Masculino
Edad: Nació el 31 de julio del año 7 d.c. Tiene, por tanto, 2003 años
Nacionalidad: Romana por nacimiento y ninguna por devoción.
Familia: Perteneció a la Gens Julio-Claudia, una de las principales familias de patricios romanos. Era hijo de Livilla la joven, a su vez, hija de Druso el Mayor y Antonia Minor (hija de Marco Antonio y Octavia) y, por consiguiente, sobrino de Germánico y Claudio y primo de Calígula.
Raza: Vampiro
Conocimientos y Habilidades Mágicas:
A excepción de ser hablante de pársel, se puede decir que Marco Livua posee todas las habilidades y conocimientos mágicos conocidos. Es metamorfomago de nacimiento y estudió las antiguas artes de la oclumancia, legeremancia, adivinación, animagia y nigromancia con los más poderosos magos de Grecia, Roma, Egipto, Bizancio y Jersusalen.
Nunca ha perdido la oportunidad de estudiar con los magos más poderosos de todas las épocas e incluso se dice que aprendió a beber la sangre de éstos para absorver su poder, después de asesinarlos.
Marco Livua ha desarrollado también la capacidad de hablar con los animales y el arte de la ubicuidad, por lo que puede estar en dos sitios, al mismo tiempo.
Objetos Magicos:
A lo largo de sus 2003 años de vida, ha coleccionado objetos mágicos de gran valor. Sus primeros tratos con el Concilio de Mercaderes se basaron en el tráfico ilegal de objetos mágicos de todo tipo, que Marco Livua atesora y colecciona con devoción.
Entre los objetos que posee, se encuentra una daga de plata con piedras de onix en la empuñadora que tiene la propiedad de matar a un vampiro, con un solo roce en el centro mismo de su corazón.
Su varita es de madera de drago, un árbol oriundo de las Islas Canarias y su núcleo está hecho con el corazón de una acromántula.
Mascota:
Posee un gato negro de abundante pelo y ojos azules llamado, Miafar.
Aspecto Físico:
Es alto, aproximadamente, 1,90 de estatura y tiene el cabello y los ojos castaño oscuro. Es delgado, pero su musculatura está muy desarrollada, gracias a un constante entrenamiento y ejercicio físico. Si bien ésta era su apariencia original, antes de convertirse en el vampiro más peligroso de todos los tiempos, actualmente, no está tan claro con qué aspecto puede estar mostrándose a la respetable comunidad de Ottery. Se sabe que es un experto metamorfomago, además de un consumado artista en el arte de cambiar su apariencia para mezclarse entre la gente que jamás sospecharía que tiene tratos con un peligroso vampiro asesino.
En su casa, tiene establecido un gimnasio, al más puro estilo romano, que le permite mantenerse en una forma física excelente.
Cualidades Psicológicas:
Cruel, vil y endiabladamente inteligente. Sus motivaciones están más allá del odio o la venganza. Si alguna vez sintió algo por alguien, cosa altamente improbable, hace mucho que lo olvidó. Es ambicioso y no dudará en eliminar cualquier obstáculo en el camino hacia la consecución de su meta: reconstruir el Sacro Imperio Romano, extenderlo hasta los confines del mundo y constituirse en el Césarr que todo lo domine.
Fiel al cinismo filosófico que alguna vez abrazó, desprecia las leyes y las instituciones y no tiene reparos en quebrantar el Estatuto para el Secreto de la Magia.
Historia:
Claudio Julio Marco Livua nació en el año 7 de nuestra era, en la ciudad de Roma, que por entonces, dominaba la mayor parte del mundo. Era un patricio que pertenecía a dos de las principales familias romanas: la gens Julia y la gens Claudia. Estaba, por tanto, directamente emparentado con Tiberio, Germánico, Claudio, Calígula y Nerón.
Fue educado por los principales filósofos y artistas de la época y se incorporó al senado cuando tenía tan sólo 18 años. Él mismo era un gran orador y despuntaba, desde muy joven, no sólo en cuanto a sus capacidades mágicas, sino también en el dibujo, la gramática, la retórica, la filosofía y las matemáticas. Se le aclamaba como uno de los hombres más inteligentes de Roma.
Sus ideas danzaban entre las doctrinas de cínicos y epicuros. Hedonista, amante de los placeres y el lujo, despreciaba las instituciones y consideraba la libertad individual muy por encima de cualquier otro derecho, hasta rayar en la anarquía. En cierto sentido, sus ideas hubieran podido resultar contradictorias y no tuvo ningún reparo en criticar la austeridad en la que vivían otros filósofos adscritos a la corriente del cinismo. En lo que sí coincidía con éstos, era en el meticuloso control que imponía a su mente y a su cuerpo. Sus discursos en el senado, solían ser en un tono burlesco y hacían las delicias de los demás senadores.
Marco Livua ambicionaba el puesto de su primo Calígula y éste envidiaba las dotes oratorias, la inteligencia y el don de gentes del primero. Aquello resultó ser una mala combinación para las ambiciones de Marco Livua. Calígula se le adelantó en su intento por destruirlo y, a pesar de la furiosa oposición de sus familiares, decretó la degradación de Marco Livua y la consiguiente retirada del nomen, lo que suponía la expulsión de la familia y lo convertía en esclavo. De esta forma, Claudio Julio Marco Livua, pasó a ser, simplemente, Marco Livua y el emperador pudo decretar su encarcelamiento y posterior condena a galeras, donde esperaba que la mar, los remos y las cadenas, acabasen pronto con él.
Sin embargo, las tormentas jugaron a favor de Marco Livua. Tal y como esperaba el emperador, su embarcación naufragó frente a las costas egipcias y se dió por muertos a todos los esclavos que remaban en galeras. No fue el caso, sin embargo, de Marco Livua. Calígula no contaba con el hecho de que su primo era, en realidad, un mago, por lo que un hechizo casco burbuja le permitió sobrevivir hasta arribar en la costa de Egipto.
Sin nombre, sin dinero, sin credenciales, Marco Livua maldijo al destino que le obligaba a comenzar una nueva vida, que él nunca hubiera querido vivir. Fue entonces cuando aprendió a robar y a esconderse, a vivir en las sombras, a asesinar si ello era preciso. Hasta que, pasados dos años, conoció a Ibrahim Ben Ismael Ben Daud, un vampiro nigromante, de quien se decía que nadie era capaz de enfrentarse a su magia y sobrevivir.
Ibrahim educó a Marco Livua en las artes oscuras. Le enseñó nigromancia, aritmancia, adivinación, oclumancia y legeremancia. Le ayudó a perfeccionar el don de la metamorfomagia con el que había nacido y le enseñó todo lo que sabía de las ciencias mágicas y muggles.
No sólo fue su maestro. Con el tiempo, Ibrahim no podía soportar la sed de la sangre de Marco Livua. Fiel a un antiguo código de conducta entre los vampiros, Ibrahim no deseaba tomar esa sangre a la fuerza. Ansiaba el vigor, la inteligencia y la fuerza de Marco Livua y de poco le habría servido beber a la fuerza la sangre del antiguo romano. Fue así como Marco Livua vendió su mortalidad a cambio de un nombre y una fortuna. Él se convirtió en vampiro e Ibrahim lo adoptó como hijo y le cedió gran parte de sus tierras en Egipto.
Marco Livua se convirtió en uno de los hombres más sabios y poderosos de la tierra, pero al mismo tiempo, en uno de los más peligrosos seres que la hayan habitado jamás.
Tras 6 años en Egipto, cuando consideró que Ibrahim no podía enseñarle mucho más, Marco Livua asesinó a su padre adoptivo y, tras lograr salir impune de las acusiones, tomó toda la fortuna de Ibrahim Ben Ismael Ben Daud y desapareció de Egipto. Había llegado la hora de volver a Roma.
Haciéndose pasar por un médico árabe y aprovechando la oportunidad que le brindaba la metamorfomagia y la poción multijugos que había aprendido a elaborar, Marco Livia llegó hasta el mismísimo emperador y se convirtió en uno de sus físicos de confianza.
Planeaba su asesinato y la forma de retornar a la familia, cuando alguien se le adelantó matando a Calígula. Claudio, su sucesor como emperador de Roma, no se fiaba de Marco Livua y quiso prescindir de sus servicios médicos. Sin embargo, Marco Livua nunca cejó en su empeño de conspirar contra él y probablemente no sería ajeno a los inmunerables intentos de asesinato que sufrió el nuevo emperador.
Más adelante, muerto ya Claudio y siendo emperador Nerón, Marco Livua se alió con los pisones en su intento de golpe de estado contra el emperador. El fracaso de este golpe, terminó por obligar a Marco a huir de nuevo lejos de Roma. Se refugió en Constantinopla y vivió allí muchos años, rodeado de lujos. Tal vez fuese la comodidad de su retiro, lo que le hizo olvidarse, durante un buen tiempo, de sus planes de conquistar el mundo.
El tiempo pasó, el Imperio Romano cayó y él sobrevivió, con los restos del imperio, en Constantinopla, hasta que, tras la batalla de Manzikert en 1071 y la consiguiente pérdida de gran parte de los territorios que hasta entonces habían estado bajo el dominio del Imperio Bizantino, Marco Livua huyó a Tierra Santa y se estableció en Jerusalem, donde años más tarde, comenzarían a llegar los primeros cruzados.
Fue allí, en la Jerusalem árabe, donde Marco Livua oyó por primera vez hablar de una antigua reliquia enterrada bajo tres piedras sagradas en el lugar en el que una vez se erigiera el Templo de Salomón, que otorgaría a quien la encontrara y poseyera el control de todos los mundos.
Desde entonces, Marco Livua ha convertido la consecución de esa reliquia en su obsesión. A lo largo de los siglos ha rivalizado en su búsqueda con muggles y magos. Templarios, caballeros, masones y nazis, la persiguieron tanto como los más poderosos y potentados magos. Se dice que el Arca de la Alianza es tan poderosa que permitiría controlar la magia hasta a un muggle. Se dice que quien posea el Arca de la Alianza, dominará el mundo. Se dice que el Arca de la Alianza dará el poder de controlar el tiempo y el espacio y que todos los mundos de este universo y de otros paralelos caerán bajo el poder de la mano que consiga hacerse con ella.
Algunos piensan que los templarios, en su búsqueda del Santo Grial, llegaron a encontrar el Arca de la Alianza y, al ser conscientes del poder de dicho objeto, decidieron esconderlo para siempre. No obstante, un caballero de la Orden del Temple, pidió a un monje cisterciense que grabara en un juego de cartas un código que permitiera, en el futuro, llegar hasta la poderosa reliquia. Aquel fue el primer juego de Cartas del Tarot. Posteriormente, se hicieron copias con el único fin de esconder aún más el verdadero código que marcaba el mapa para encontrar el Arca de la Alianza. Las Cartas del Tarot que finalmente se popularizaron en la Edad Media y llegaron hasta nuestros días, no son más que desfiguraciones del código original. Unas veces, contienen una parte verdadera en una de sus cartas, otras veces, las sucesivas copias han borrado cualquier huella del código original.
Probablemente, el verdadero código esté grabado con magia en el mazo original, según ha logrado averiguar Marco Livua. En cualquier caso, tras siglos de búsqueda, el vampiro cree saber quién tiene las primeras Cartas del Tarot en las que se grabó el código para encontrar el Arca de la Alianza.
En el siglo XVII, sus pesquisas le llevaron hasta otro mago, también vampiro, Alderman Harvey, que desapareció misteriosamente, dejando tras de sí un legado de mercaderes vampiros, que posteriormente constituyeron el Concilio de Mercaderes.
Tras siglos de búsqueda infructuosa, investigando a los miembros del Concilio de Mercaderes, Marco Livua sabe que está próximo a lograr su objetivo.