Desde la Bóveda 98860, donde Verónica guarda sus galeones, se debe recorrer unos largos pasillos laberínticos hasta llegar a un pasillo conformado por piedras antiguas. No estácavado en la roca en sí mismo, sino que es como si alguien se hubiera tomado la molestia de hacer paredes delante de la pared de roca para conformar un pasaje más humano, a la vista al menos.
Cuando te fijas en la tercer puerta, hay un arco sobre el cual se puede leer el nombre de la Prince que indica el lugar en donde está su bóveda trastero. Lugar en el cual la rubia guarda sus objetos más preciados y los títulos de sus propiedades. La puerta bajo la arcada es doble, de metal plateado y tiene dos aldabas, una en cada hoja. El bajo relieve está sobre un fondo que parece conformado por monedas mágicas, knuts, galeones y sickles.
El ingreso al lugar no es tan sencillo como parece, porque no es con una simple llave, cada aldaba tiene un destino, debes llamar a ellas en el orden correcto o puedes acabar en un interminable pasillo que lleva a una puerta, y a otra, y a otra, hasta jamás encontrar una salida, conocida al menos, ya que no se sabe de nadie que hubiera ingresado allí sin permiso, o al menos que hubiera podido salir si lo había intentado.
Esa es una de las ventajas que tiene el que Verónica sea un demonio, las aldabas se corresponden con el rostro de los demonios guardianes que su padre le había asignado en su juventud y sonn ellos los que, conociéndola y a los que ella autoriza, dejan ingresar o no a las personas a la bóveda real.
Verónica había sido muy clara en su momento, ante los duendes y ante los demonios guardianes.
--Solo James, Nahir o yo ingresaremos a esta bóveda, si alguna vez autorizo a alguien más será con una carta de mi puño y letra, la llave y el nombre de los demonios guardianes.
Claro que no bastaba con solo el nombre, Verónica había dejado para ella, para James T. Clifford, su elfina Nahir y los demonios guardianes el toque final: la secuencia de golpes en las aldabas. Verónica era la única que no necesita conocerla en forma correcta ya que su contacto basta para que los demonios guardianes la reconozcan y lean en su mente si esta allí por propia voluntad o no.
Una vez que ingresa a su bóveda trastero Vero siempre se siente como en una mansión de lujo. Las paredes están cubiertas de delicados tapices de tonos pastel y el suelo es una mullida y bien plantada alfombra persa. Hay una mesa octogonal en el centro del lugar de madera de caoba sobre la que hay diversos objetos, un tintero, plumas y una carpeta con varios pergaminos aparentemente en blanco.
Junto a las paredes hay varias estanterías y archivadores de madera, una vitrina antigua y en una de las paredes que está desnuda hay un espejo mágico y varios retratos familiares de los Prince, los Rambaldi y del infierno de donde es el padre de Vero. En esa misma pared desnuda hay un pequeño bureau en el cual guarda sus pertenencias más valiosas James, el mejor amigo de la Prince.
Del techo cuelga un lámpara centra que se enciende al ingresar mostrando varias esferas luminosas que conforman un entramado al estilo de una araña muggle. Algunas de las esfera te siguen a donde necesitas cuando truenas los dedos. El techo tiene un encantamiento al estilo del Gran Salón de Hogwards lo cual permite no sentirse tan encerrado al ingresar al lugar.