Bóveda trastero de Alaric

Cualquier persona diría que no se encontraba en las profundidas de Gringotts. El interior de la bóveda era como un glaciar, una tormenta helada que venía de todos lados. Era un espacio amplio, enorme y vacío, no había ningún objeto ni ninguna clase de defensa mágica. Y quien la necesitaba, cuando la propia fuerza de la naturaleza servia de protección.

No había estanterías de hielo ni cámaras secretas, tampoco paredes invisibles que ocultaban misteriosos objetos. No se trataba más que una explayada cubierta por nieve en donde los objetos descansarían en su superficie. 

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