Bóveda #121113-B: El Trastero de Patricia
Ubicada en los confines más enrevesados y poco transitados de Gringotts, justo detrás de una puerta con un cartel que dice ‹No abrir salvo que desees una conversación incómoda›, se encuentra la bóveda de Patricia. Esta no es una bóveda cualquiera, sus paredes están cubiertas de papel aluminio ‹para evitar la telepatía goblin›, y una grabadora mágica repite sin cesar, ‹¡No mires mis cosas!› en voz chillona.
En el centro de este santuario caótico descansa su tesoro más preciado, una silla de ruedas brillante, con rines cromados, bocinas encantadas que suenan a heavy metal y un respaldo bordado con la frase ‹Propiedad de nadie, robada con estilo›. Se dice que fue sustraída con sigilo -y una distracción con pasteles de calabaza- de un Centro de Rehabilitación mágico. Patricia la custodia con uñas, dientes y cinco maldiciones menores.
Junto a la silla, hay cajas con sombreros de fiesta, pelucas de colores, una colección de ojos postizos ‹por si las cosas se ponen feas› y un espejo encantado que solo muestra lo que no quieres ver. Nadie entra dos veces... Salvo Patricia, y eso solo cuando está de buen humor -o necesita recargar los hechizos antiespías-.