Bóveda Trastero
Por su edad y maestría en la magia, su bóveda era sencilla y sin grandes defensas más que las que proveía Gringotts. Se encontraba a unos veinte minutos de distancia, la cual solo podían recorrer caminando lo cual le generaba sentimientos encontrados, por un lado, añadía una capa de seguridad mitigando el riesgo de ser atacado, pero, otro otro lado, cada vez que quería sacar algo de la trastero tenía que venir dispuesto a perder cuarenta minutos dedicados solo para la caminata. Así como lejana, también se encontraba oculta, disfrazada sutilmente como una pared rocosa tan común como el camino recorrido. Ethan más de una vez se había perdido por no prestar la suficiente atención en su camino y es que ¿qué adolescente podría mantenerse 20 minutos completamente atentos al camino? Incluso una vez tuvo que volver tres veces a la entrada y repetir el camino antes de encontrar su bóveda. Para abrir la bóveda debía decir una frase que cambiaba después de cada visita, aunque casi siempre tenía que ver con su vida personal o discografía de Elemental Harmony.
Si bien su bóveda se encontraba principalmente vacía, tenía un gran espacio adecuado para sus ambiciones futuras. Probablemente nunca la podría llenar, pero aún así había contratado un espacio no menor, probablemente debido a su pensamiento subconsciente de utilizarlo como un bunker de seguridad ante una nueva guerra mágica o algún otro escenario apocalíptico.
La bóveda tampoco poseía demasiado adornos, solo un par de artefactos muggles que había conseguido mientras estudiaba y se especializaba en Estudios Muggles. Algunos se encontraban como chatarra, mientras que algunos eran funcionales como un purificador de aire aunque nunca lo prendía para no agotar su batería. Entre chatarra, planos y abundante espacio, se encontraban distintos estantes y almacenamientos que se encontraban principalmente vacíos, pero que eventualmente esperaba llenar.