Gringotts, era sin duda alguna uno de los lugares que Maida Yaxley prefería evitar. Desde lo imponente de su construcción, hasta lo desagradable de algunos duendes, las transacciones, las donaciones, el papeleo. No, definitivamente para ella, era preferible guardar los galeones debajo de la cama que en el Banco Mágico. Lastimosamente, no tenía otra opción. Pronto había gastado sus pequeños sueldos en cosas que parecían ir llenando sus estantes en la Manor o en el Castillo Black, y necesitaba el asunto de la Bóveda Trastero, ordenarse un poco y darles a los duendes de Gringotts una cantidad sustanciosa para que le permitieran guardar sus nuevas pertenencias en "el lugar más seguro de la tierra".

Estaba en penúltimo piso hacia abajo, una cámara sencilla, con paredes de piedra y estantes a diesta y siniestra. Nueve a cada lado, de madera sencilla y flexible. Nada ostentoso. De hecho, lo primero que ahí había guardado la Yaxley no tenía nada que ver con sus pertenencias importantes, sino que clavó un pergamino en el último estante de la derecha, que contenía una lista de palabras. "Manzana, diamante, estrella." Era evidente que sólo ella podía entender el significado y el porqué de guardarlo justamente en ese lugar.

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