Basta con una llave para ingresar al lugar con esa fachada gastada de piedra amarilla llena de plantas que cuelgan desde lo más alto y brotan de las juntas de la vieja mampostería. Una vez dentro se ilumina con antorchas empotradas sobre los muros que parecieran a punto de colapsar, un pequeño cuarto de planta cuadrada donde rodeada de pilastras de piedra donde apenas caben unas tres o cuatro personas, de altura no es la diferencia y si mides algo más de un metro con setenta y cinco centímetros deberás agachar la cabeza si no quieres darte un fuerte golpe. Todo ahí parece estar en malas condiciones, con brotes de plantas y setas silvestres de todo tipo creciendo por todas partes a excepcion del remate visual justo de frente donde se encuentra un vano de dos puertas de excelente calidad, de madera blanca y detalles dorados hechos a mano pulcramente cuidados, no se puede ver a través de ellas, es simple, pero al mismo tiempo es elegante.

Cruzando esa puerta llegas a un gran salón de fiestas, de elegantes y altos muros dorados lleno de estatuas y pinturas que parecen importantes, manteles impecablemente blancos cuelgan de las mesas donde hay comida y bebida de calidad, todo luce impecable.

Hombres y mujeres que llenan el espacio lo suficiente para que caminar por ahí no sea difícil, visten elegantes mientras conversan entre ellos, unos beben y otros bailan, y nadie parece notar tu presencia. La música clásica es lo primero que puedes escuchar debajo de los murmullos y una vez que tengas claro cuál objeto dejarás o te llevarás, tendrás que encontrar a la persona en aquella habitación que lo contiene.

Garry camina con seguridad entre todas esas personas que claramente no son verdaderas, si algo sale mal, se convertirán en horribles hierbas del diablo que te enredarán unas sobre otras hasta asfixiarte. Finalmente llega hasta una mujer de vestido blanco en cuerpo alto esbelto, su piel es morena oscura y tiene unos ojos tan negros como su cabello hermosamente arreglado, la joyería que se carga es fina y de ralea que consigue resaltar las suaves facciones de la mujer que habla con un hombre no tan mal vestido. Con todo el cuidado que se merece coloca la mano sobre su hombro y ella interrumpe su charla bruscamente para encarar al mago de menor estatura por los altos tacones de ella. La mujer ladea la cabeza sin decir ni una palabra curiosa por la presencia del hombre que la ha interrumpido.

-Hola Charlotte- ella le sonríe abiertamente al mago y de su bolso de mano saca una varita -Muchas gracias, será todo por hoy- sin decir más Ollivander sale por la única puerta que existe en toda la habitación.

Para poder obtener lo que buscas, Ollivander ha puesto un nombre diferente a cada persona dentro de esa habitación, deberás adivinar el nombre de la persona para que se te sea otorgado. Es un método bastante sencillo, pero Garry Ollivander jamás se ha considerado un hombre ambicioso.

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