La bóveda que protege los más grandes, poderosos y preciados artilugios de Hank Evans, es la primera en visualizarse cuando se accede a las cavernas del banco. Las puertas están hechas de concreto y arena seca, haciendo referencia clara al antiguo asentamiento de su familia. En las manillas, se logra captar la imagen de una sencilla estrella blanca y, levitando encima, una espada tan grande como la avaricia del que lo tiene todo.
Para acceder a la bóveda de Hank, se necesita un dominio mental prácticamente inalcanzable. La espada, al ser tocada, volverá intangible a su portador, permitiéndole la entrada a la cámara sin siquiera abrir la puerta. Pero justo allí se encuentra el truco. Inmediatamente, la intangibilidad se transmitirá a los pies, haciéndole caer en un abismo apenas de un paso. Lo único que se debe pensar en cuanto la espada roce los dedos, es en azúcar, lo que hará los pies blandos pero resistentes para ingresar. Claro que nadie, exceptuándolo, ha podido descubrir el misterio, recibiendo al abismo en cada ocasión que osan querer descubrir sus pertenencias. Una vez dentro, no se encuentra una simple habitación; Hank creó su propio espacio sideral a medida para resguardar sus más puros secretos y trucos.
Está repleta de mínimas estrellas y constelaciones flotantes, dando la sensación de que está en el propio espacio. De hecho, no existe la gravedad en la bóveda de Hank, por lo que se tiene que manejarse en el aire hacia cualquier sitio que se quiera llegar. Las estrellas, solo cuando él ingresa, detectan sus emociones y necesidades, propinándole las virtudes y artilugios apropiados para lo que le acontece, siempre y cuando lo conserve. Cada estrella representaba un objeto en específico, cada cráter uno de los libros y las nebulosas simbolizaban los poderes que iba acumulando. En los planetas lejanos, a los cuales podía acercarse si quisiera, se hallaban los haberes de sus antepasados y compañeros que le confiaban sus ases bajo la manga, y en el lejano sol, que casi no alumbra, yacían sus recuerdos más importantes.
Para salir de allí se necesita pensar en sal, lo cual hará que se pierda la gravedad y que se pierda entre la profundidad, llegando estrepitosamente en forma de rayo a la sala principal del banco a través de las luces de las lámparas. No obstante, si se trata de él, simplemente espera que una de las estrellas fugaces pase por su ubicación, trasladándose una vez fusionada con ésta, hacia el lugar donde él quiera llegar, navegando el mar de lo desconocido.